Publicado el 23 marzo 2021

¡Recién amueblado y listo para entrar a vivir!

El tiempo y las generaciones pasadas nos han enseñado que si se siembra, se recoge.

La naturaleza es el mayor tesoro que alberga nuestro planeta y nos devuelve con creces todo aquello que proyectamos en él: si es bueno lo transforma en mejor, si es malo multiplica las consecuencias.

Nuestro deber como viticultores y bodegueros es proteger ese legado que nos han dejado nuestros abuelos y cuidar la tierra que nos da de comer (y de beber) para que nuestros hijos, nietos y tataranietos puedan heredar y seguir transmitiendo la magia de esta comarca.

Economía CIRCULAR

La Economía Circular es un sistema de aprovechamiento de los recursos cuya base gira en torno al uso de las cuatro “R”: Reducir, Reutilizar, Reparar y Reciclar.

Durante los últimos años y cuando las condiciones climáticas nos han impedido desarrollar las labores diarias en la viña, nuestros/as compañeros/as de campo han invertido este tiempo en mejorar y contribuir al mantenimiento del patrimonio cultural y natural de la zona: Reparar muros de piedra, restaurar chozos o guardaviñas, construir casas para pájaros y murciélagos con estuches de madera viejos, etc…son algunas de estas acciones.

Esta vez, hemos reciclado las duelas de las barricas usadas para darles una segunda vida y convertirlas en un curioso alojamiento:

Un Hotel para insectos.

     

 

Hotel para insectos. Fomentar la biodiversidad

Los hoteles de insectos sirven para dar cobijo a la pequeña fauna que hay en nuestros viñedos, y protegerles sobre todo en la época invernal, periodo en el que son más vulnerables.

Ofreciéndoles estos recovecos, hacemos que se asienten en la zona avispas, abejas solitarias, mariquitas, crisopas, arañas, escarabajos, hormigas, pequeño reptiles etc… Muchos de estos animales polinizan las plantas y ayudan a mantener una flora diversa en las viñas. Además, la competencia entre diferentes insectos en un mismo territorio permite establecer un equilibrio entre “plagas” y “depredadores”, contribuyendo así a mantener un entorno saludable, libre de insecticidas.

Entre los huéspedes más comunes y esperados en los hoteles de insectos podemos encontrar diferentes tamaños y su función también varía:

Los himenópteros – un gran grupo que incluye avispas, abejas, hormigas – son parasitoides. Los adultos depositan sus huevos en el interior de las larvas de otros insectos y las larvas cuando nacen los devoran desde su interior, ejerciendo control muy efectivo contra la cochinilla y la polilla de la vid.

Otros son depredadores de ácaros y pulgones, que absorben los fluidos vegetales de la vid.

Además, algunas especies de insectos estimulan y aceleran la descomposición de la materia orgánica mejorando la fertilidad del suelo al romper, separar o desmenuzar elementos como excrementos, plantas y animales muertos. También, hay muchas especies que son polinizadoras, con un impacto directo sobre la producción agrícola y proliferación de plantas autóctonas.

 

Nuestro modesto hotel ya está ubicado en El Palacio.

Finca El Palacio es la parcela que abraza a la bodega y en ella decidimos, hace años, construir El Mirador de Luis para que el patriarca y todos los que venís a disfrutar con nosotros del enoturismo pudierais contemplar un paisaje único, tomaros un vino lejos de la contaminación acústica y sentir cómo los relojes, por un momento, se paran.

Esta viña fue plantada en 1969 mezclando cepas de Tempranillo, Viura y Graciano. Tiene un carácter rústico y complejo, y es por eso que en 2017 de aquí nació un vino de raíz y fruta, con garra pero amable, un vino de pueblo y gran personalidad. Son tres pequeñas terrazas, 2,62 hectáreas de suelos vivos y bajos rendimientos las que dan como resultado solo 3.890 botellas.

Otros aspectos destacables de Finca El Palacio

La tracción animal de las mulas con las que labramos esta viña oxigena la tierra sin apelmazarla, generando suelos vivos, con variada flora y fauna silvestre.  Además, la segunda terraza es testigo de los cambios y nos facilita datos muy relevantes (a través de una de las 3 estaciones meteorológicas que alberga) para del proyecto I+D que iniciamos en 2006 sobre el Cambio Climático. En ella también conviven con la vegetación autóctona una vieja encina, un bosque de olmos, hierbas aromáticas, casetas para aves, y un bebedero para animales.

Por su biodiversidad, orientación y singularidad enológica Finca El Palacio, es además la protagonista indiscutible de la visita ENTRE CEPAS y la visita EL MIRADOR